¿Es compatible el fast fashion con la sostenibilidad?
Durante los últimos años, las cadenas de fast fashion han comenzado a
sacar prendas responsables con el medio ambiente, Inditex con Joinlife o HyM
con Concious. Pero ¿Verdaderamente representan lo que etiquetan?
La industria textil es la segunda más contaminante del
plantea, por debajo de la petrolera. Producen un total del 8% de los gases de
efecto invernadero del planeta y provocan un 20% del agua residual. Esto quiere
decir que un solo pantalón utiliza un kilogramo de algodón junto con 3.000
litros de agua que tras su uso, quedará inservible.
Fast food, fast fashion, fast living… son los términos que
dominan a la sociedad de hoy en día: se quiere todo de manera rápida e
instantánea, además de al menor precio posible. En el ámbito de la ropa
consiste en una fórmula de consumo
acelerado que provoca una mayor cantidad de ropa. Un ejemplo claro es Inditex.
Inditex es una empresa textil dedicada a la fabricación y
distribución de prendas que nace en 1985 de la mano de Amancio Ortega en A
Couruña. Con más de 7000 tiendas por todo el mundo, opera en 96 mercados diferentes.
El grupo lo conforman Zara, Pull & Bear, Massimo Dutti, Bershka,
Stradivarius, Oysho, Zara Home y Uterqüe.
Para solucionar el problema medioambiental que acarrean,
muchas empresas de fast fashion han introducido campañas comprometidas en el cuidado del medioambiente, como es el caso
de Inditex con JoinLife o H&M con Concious. Conscientes de que son la raíz
del problema, buscan alternativas para seguir aportando los mismos servicios a
sus clientes, pero de manera más sostenible.
Pero… ¿Cómo saber si es verdadero lo que proponen? JoinLife
de inditex encasilla su sello en una moda ética y sostenible, ayudándose del
uso de materiales orgánicos, reciclados; métodos de fabricación comprometidos
con el medio ambiente y la reducción de la contaminación y la seguridad del
trabajador.
Desde los inicios Fashion Revolution, realiza un estudio
anual de 250 marcas centradas en la industria textil, acerca de la información a la que tiene acceso el cliente.
Así como políticas de empleados, evaluación de proveedores y procesos
creativos. Información de interés como trabajos forzosos, salarios dignos, la
igualdad de género, el uso de materiales sostenibles, productos químicos
peligrosos, su huella de carbono y de agua.
Fashion Revolution se
define como “una organización sin fines de lucro. Un movimiento global para la
mejora de la forma en la que se produce y consume la moda, asegurando que se
produzca de manera segura y justa.” Cuya sede principal se ubica en Gran Bretaña,
pero con el paso del tiempo, ha crecido hasta extenderse a más de 100 países.
En el último ranking de transparencia en la industria de la
moda, posicionaba a H&M como la más transparente de todas las marcar
actuales, seguido de C&A, Adidas y Reebok. En el otro extremo encontramos a
Max Mara con un índice equivalente al 0%.
Los porcentajes entre 80 y 100 incluyen información detalladas
de por lo menos el 95% de sus proveedores, desde la manufactura hasta las
materias primas. Además, métodos de fabricación, situación en el mapa de las
fábricas y condiciones laborales, en lo que se incluye salarios, horario de
jornadas, seguridad…
Estos porcentajes aún no se han conseguido en ninguna marca
actual, llegando a un 73% H&M, lo que significa que ofrece información de materiales
y fabricas así como los procesos de fabricación más usados. Pero, sin embargo,
no ofrece información de las de ningún tipo sobre su personal.
El derrumbe de Rana Plaza, una de las fábricas textiles en
Bangladesh, desastre que tuvo lugar hace 8 años y se llevó a más de 1.130
personas, puso el foco bajo las grandes empresas sobre la ética de trabajo. A
partir de ese momento, movimientos y manifestaciones inundaron las calles en
protesta por la seguridad de los trabajadores.
Fue Fashion Revolution quién comenzó con el movimiento Whomademyclothes? Para que las grandes
industrias revelasen las condiciones de trabajo, los contratos, los salarios,
las jornadas, las horas extra y sobre todo, erradicasen la explotación
infantil.
En el caso específico de la empresa Inditex, aporta
información variada de los componentes de sus productos, métodos de
fabricación, donde se encuentran repartidas sus fábricas, así como todos los
compromisos con los que cuenta para fomentar el proyecto de la sostenibilidad.
Fue una de las primeras empresas en introducir su sello eco
en el 2015. Los caminos hacia la ecología que ha tomado se centran en un mayor
uso de materiales orgánicos y reciclados, eliminando el uso de productos
químicos y contaminantes. Y por otra parte, en sus métodos de fabricación
predomina la utilización de energías renovables y un consumo reducido de agua.
Oca y Better Cotton son dos campañas que tiene activas en
relación al algodón sostenible, un cuidado y cultivo ecológico. Otros ejemplos
de materiales orgánicos son las fibras de celulosa, y cuenta con la ayuda de
Loicel, Viscosa, Modal, Canopystyle procedentes de la madera.
También cuenta con una gran variedad de materiales
reciclados como el poliéster, el cuero o el vidrio. Además de un compromiso con la reducción de uso del
plástico y una política de protección y bienestar animal.
El agua es uno de los elementos más comunes en la
fabricación de prendas, sobre todo para teñirlas y decorarlas. Inditex emplea
ciclos cerrados permitiendo la reutilización del agua. También cuenta con otras
tecnologías como el ozono o Cold Pad Batch.
Cada año marca varios objetivos entorno al mundo eco, y
propone para el 2030 que la energía que interviene en su industria, el 80% debe
proceder de fuentes renovables tanto en tiendas, fabricas, páginas webs o
centros logísticos.
Entorno al ámbito social y con sus trabajadores emplea un
estricto sistema de auditorías que supervisan la producción. Traslado del
personal experto a los países de donde se obtienen las prendas. Esto, lo que
quiere decir, es que al año hay más de mil autorías en diferentes puntos y de
esta manera seleccionan cuales son las fábricas que cumplen con las condiciones
óptimas de salud y seguridad en el trabajo.
“Tenemos el
compromiso de reducir el impacto de nuestra cadena de suministro y garantizar
el vertido cero de productos que no cumplan con nuestros estándares que van más
allá de la legislación internacional existente”, Inditex.
¿Dónde encontrar toda esta información? En la propia web de
Inditex explican detalladamente cuáles son sus compromisos y objetivos. Y de
manera paralela, en cada uno de sus productos especifican de manera detallada
procesos de fabricación, materiales usados y origen de la prenda.
Comparando diferentes productos, uno fuera de la producción
ecológica y otros dos comprometidos, pero con cualidades propias, se
encontraron diferencias:
El primero, se trata de un vestido hecho con un uso reducido
de agua a base de ciclos cerrados. El producto está hecho 100% de algodón,
orgánico, ecológico y cultivado con energías verdes y sin productos químicos.
La prenda procede de una fábrica situada en Marruecos.
El segundo, unos pantalones vaqueros que han sido fabricados
con algodón, del cual el 50% es reciclado. Al estar hecho de materiales naturales
ayuda a alargar su vida útil, hasta 50 años en comparación a los 7 días de
prendas sintéticas. La fábrica se encuentra en Bangladesh.
Y un tercer caso, se trata de unos zapatos hechos 100% con
poliuretano, un tipo de plástico. Es totalmente opuesto a lo que persigue la
nueva etiqueta. Fabricado en Vietnam.
Constantes luchas sobre la seguridad en los edificios,
eliminación de la explotación, por un sueldo digno, y aún siguen sin garantizar
nada de ello. Todavía siguen siendo unas condiciones nefastas para el trabajo,
así es que justo el 12 de marzo se registraba otro desastre en una de las
fábricas de Egipto por un incendio que ha provocado la muerte de 20 personas.
Entonces, ¿el Fast
Fashion puede ser sostenible? Teniendo en cuenta que una de las
características fundamentales del sector es el consumo rápido y excesivo de
ropa, no es un punto a favor. Sostenibilidad y ecología son aspectos que se
están trabajando para una mejora en el futuro con diferentes proyectos, que no
suponga un gasto elevado y esté al alcance de todos con precios asequible.
Pero al final, es un cambio que tiene que dar el consumidor,
fomentando y apoyando este nuevo ámbito y reduciendo el desmesurado repertorio
de armario.
Moda ética o de comercio justo, sigue produciendo
inseguridad. Sin certificados que verifiquen, sin publicación de datos que
corroboren lo que aseguran, deja mucho que pensar.
Para que la industria textil trabaje en el mundo de la
sostenibilidad es responsabilidad de todos.
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